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      El impacto de la luz en la percepción de los materiales decorativos

      15 abril, 2025

      Cómo la iluminación modifica colores y texturas en proyectos de interiorismo

      En el diseño de interiores, la correcta elección de materiales decorativos no puede desligarse de un factor fundamental: la iluminación. La forma en que la luz —ya sea natural o artificial— incide sobre las superficies transforma radicalmente la percepción del color, la textura y el acabado de los materiales. Para arquitectos, diseñadores y profesionales del sector, comprender el impacto de la luz en los materiales decorativos es clave para asegurar la coherencia estética y funcional de cada proyecto

      1. El papel de la temperatura de color y el CRI

      Las fuentes de luz artificial se clasifican, entre otros parámetros, por su temperatura de color, medida en grados Kelvin (K). Esta puede ir desde tonos cálidos (2.700K-3.000K), que tienden hacia el amarillo, hasta tonos fríos (5.000K-6.500K), que se acercan al blanco azulado. La elección de esta temperatura afecta directamente a la percepción de los acabados decorativos.

      Por ejemplo, un revestimiento con efecto madera puede intensificar sus matices rojizos bajo una luz cálida, mientras que una luz fría acentuará los tonos grises o neutros del mismo acabado. Este principio se aplica también a superficies de papel lacadas, papeles vinílicos, diseños 3D y otros productos del catálogo de Lamidecor.

      Asimismo, el índice de reproducción cromática (CRI) —que mide la fidelidad con la que una fuente de luz reproduce los colores— es un factor determinante. Se recomienda trabajar con luminarias que tengan un CRI superior a 90 para aplicaciones donde los acabados visuales son prioritarios, como en showrooms, hoteles o viviendas de alta gama.

      luz en los materiales decorativos

      2. Interacción entre la luz y las texturas de los materiales decorativos

      La orientación y tipo de luz afectan directamente a cómo se perciben las texturas superficiales. La iluminación rasante (colocada paralelamente a una pared o superficie) acentúa sombras y realza relieves, lo que beneficia materiales como papeles decorativos estructurados, molduras o frentes en relieve.

      Por otro lado, una iluminación difusa y frontal tiende a suavizar o aplanar visualmente las texturas, lo cual puede ser deseable en entornos minimalistas donde se busca uniformidad y continuidad. El mismo panel puede ofrecer una lectura completamente distinta según el ángulo y tipo de luz proyectada.

      En los sistemas decorativos de Lamidecor, como los frentes con efecto pétreo o las superficies con acabado cepillado, se recomienda realizar siempre una prueba de iluminación in situ para evaluar el comportamiento real del material bajo diferentes condiciones de luz.

      Roble Zahara con acabado CPL Corteza de Lamidecor

      3. Luz natural: una variable en constante cambio

      La luz natural, aunque deseable por su calidad cromática, representa una variable menos controlable. Cambia de intensidad y tonalidad a lo largo del día y en función de la orientación del espacio. En entornos orientados al norte, los materiales tienden a lucir más fríos y apagados, mientras que en orientaciones al sur se intensifican los tonos cálidos.

      Por ello, es fundamental estudiar la incidencia solar en cada estancia, especialmente si se emplean materiales que reaccionan de forma evidente ante la variación lumínica, como los vinilos metalizados, los lacados alto brillo o los paneles con partículas reflectantes.

      4. Casos prácticos y recomendaciones técnicas

      • Revestimientos efecto cemento: Bajo luz fría (5.000K o superior), se refuerzan sus tonos industriales. En iluminación cálida, adquieren un matiz más terroso, ideal para ambientes tipo loft.

      • Paneles de efecto madera clara: Se recomienda luz neutra (4.000K) para mantener el equilibrio cromático, sin derivar hacia lo rojizo o grisáceo.

      • Superficies satinadas o metalizadas: Funcionan bien con iluminación direccional, ya que esta resalta los reflejos y aporta profundidad visual.

      Conclusión

      En el diseño interior contemporáneo, donde los materiales decorativos son protagonistas, la iluminación debe tratarse como una herramienta de diseño más, no como un elemento accesorio. Evaluar la interacción entre luz y superficie desde la fase de proyecto garantiza resultados más precisos y fieles a la intención estética original.

      Desde Lamidecor, recomendamos a nuestros clientes y colaboradores técnicos considerar siempre el entorno lumínico en el que serán instalados nuestros productos, y trabajar con simulaciones o muestras físicas iluminadas antes de ejecutar cualquier instalación definitiva. Solo así se logra una integración armónica entre material, luz y espacio.